domingo, 22 de agosto de 2010

La fábula de los tres hermanos


De tres hermanos el más grande se fue por la vereda a descubrir y fundar y para nunca equivocarse o errar iba despierto y bien atento a cuanto iba a pasar. De tanto en esta posición caminar ya nunca el cuello se le enderezó y anduvo esclavo ya de la precaución y se hizo viejo queriendo ir lejos con su corta visión. Ojos que no miran más allá no ayuda al pie. Óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú.

De tres hermanos el del medio se fue por la vereda a descubrir y a fundar y para nunca equivocarse o errar iba despierto y bien atento al horizonte igual.

Pero este chico listo no podía ver la piedra, el hoyo que vencía a su pie y revolcado siempre se la pasó y se hizo viejo queriendo ir lejos adonde no llegó.

Ojo que no mira más acá tampoco ve. Óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú.

De tres hermanos el pequeño partió por la vereda a descubrir y a fundar y para nunca equivocarse o errar una pupila llevaba arriba y la otra en el andar. Y caminó vereda adentro el que más ojo en camino y ojo en lo porvenir y cuando vino el tiempo de resumir ya su mirada estaba extraviada entre el estar y el ir.

Ojo puesto en todo ya ni sabe lo que ve. Óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú.



El primer hermano sale a la vereda y se concentra en el presente. Tal vez podemos entender que Silvio sanciona a las personas que viven solo pensando en el presente, sin importarle el pasado ni el futuro. Recordemos la responsabilidad social e histórica de las canciones de Silvio, un hombre que formó parte de la nueva canción, la nueva música en cuba y centro América. No tengo duda de que en esta parte de la canción lapida a los que tienen los ojos puestos en el hoy, únicamente. De los tres hermanos primero va el mayor, el responsable de los demás, el que debe velar por las necesidades de los otros dos menores, el llamado a buscar una forma de subsistencia. Como nunca quiere fallar, porque su situación no se lo permite, y esto es muy importante, porque quiere decir que estamos hablando de personas que necesitan salir adelante, salir del espacio en el que se encuentran. Curiosamente se me viene a la mente la situación del latino en su propia Latinoamérica, esa millonada de gente que busca la superación, pero solo ve el hambre y la necesidad del día. Esa gente que sale a buscar el camino inmediato, como los mexicanos que cruzan la frontera con los Estados Unidos, como los cubanos que escapan por la playa, como los miles de sudamericanos que viajan a los sinfines del mundo con el sueño anhelado de superación. Quizá en aquellos países, esa gente necesita caminar mirando al piso, para no caer, para no tropezar, y de tanto estar en esa posición no podrán levantar la cabeza jamás, claro, no conviene, es mejor mantener un perfil bajo en un país que no es el suyo. Y hablo de los millones de personas que dejan este país y muchos otros hermanos latinos que van tras esa locura progresista, no hablemos de los casos particulares, hablemos de las masas. ¿Podemos decir que esa gente tiene corta visión? Entendamos la necesidad y la situación de ese hermano mayor, la responsabilidad que tiene sobre sus hombros. No podemos juzgar, pero digamos que por encima de las convicciones y del conocimiento está el hambre y la pobreza. Ahora quiero detenerme un poco en esta parte de la canción Ojos que no miran más allá no ayuda al pie, los ojos están en la cabeza, no son fuerza, son un sentido, una razón para hacer o no algo. Digamos que podemos parafrasear a Silvio y decir que los ojos representan a la mente. ¿Y cómo puedo ver más allá con la mente? La respuesta es sencilla, con el conocimiento. El conocimiento te da herramientas de discernimiento, te aleja de los engaños y las tomadas de pelo, te da un razonamiento crítico, te enseña a no aceptar las premisas equivocadas o falacias de los ‘más vivos’. El conocimiento te hace libre. Los pies son la acción, el movimiento, la fuerza. Podemos decir que los pies son la acción luego de un trabajo de pensamiento, la cabeza ordena el cuerpo cumple. Si el pensamiento es correcto, la acción también lo será, caso contrario, posiblemente terminaremos con el cuello doblado, esclavos de la prevención, del miedo que nos provoca la ignorancia.

Como el mayor se traicionó o falló, le sigue el segundo. Este tratará de aprender de la experiencia de su hermano mayor, pero es su hermano, quizá éste sea un poco más listo que el primero, pero entendemos que recibió lo mismo que el antecesor. Lo más probable es que tropiece con la misma piedra. A diferencia del primero, éste ya no mira el presente, se asquea de su situación actual y ahora quiere ver el futuro, su futuro, cómo será de aquí a unos años, cuando logre alcanzar lo que su hermano mayor no pudo. Como empezó a caminar por la vereda mirando el horizonte, distraído en las cosas del futuro que son gaseosas, sueños, quimeras, entonces no se dio cuenta y tropezó. La canción dice el hoyo vencía su pie. Podemos sospechar que esa forma nefelibata de caminar por la vereda no le trajo mejores resultados que al primero, sigue faltando algo, se sigue cometiendo un error, el primero era no tener conocimiento y solo mirar el presente, ahora encontramos que enfocarnos solo en el futuro tampoco funciona. El conocimiento sigue siendo la base de esta canción, pero qué viene después. Usando el mismo razonamiento para esta frase magistral Ojo que no mira más acá tampoco ve, como jugando, Silvio, a diferencia de la primera incursión del hermano donde solo veía el presente, ahora nos dice que tampoco es malo mirar el hoy. Esto es tremendo, porque podríamos decir que Silvio juega, la solución es mirar al horizonte, ¡no!, la solución es mirar también acá.

Veamos qué pasa con el último hermano. Éste, en las mismas condiciones de los anteriores y con la experiencia de los dos primeros, sale en busca de esa vereda. La canción dice que el menor de todos pone un ojo en el camino y otro en el horizonte, ¿es eso posible?, claro, entendemos que consciente de su presente busca un futuro, trata de transformar lo que tiene sin llegar a traicionarse. ¿Será eso posible? ¿Se traicionará como los otros dos? Veamos. Cuando vino el tiempo de resumir, entendemos que llegó el momento de buscar su identidad, de decir quién es, posiblemente este momento de resumen ocurrirá cuando logre salir de la situación precaria y paupérrima en la que vive. Esto le pasa a muchos latinos pujantes, luchadores que triunfan en su misma tierra o esos escasos hombres y mujeres que dominan en el mundo de afuera y no son dominados. Cuando eso ocurre, muchas veces nos damos cuenta que estuvimos tan estragados en el presente y en el futuro, en el hacer y olvidamos lo que somos, olvidamos de dónde vinimos, nos alienamos, nos convertimos en ese ente hibrido que no sabe cuál es su lugar. Esto posiblemente le pasó al último hermano, quizá no fue un extraño en tierras extrañas, quizá se convirtió en extraño en tierras propias. Esta frase como todas las demás es genial Ojo puesto en todo ya ni sabe lo que ve, ya no sabemos qué somos, nos sumamos al vértigo de la rutina, a la vorágine de una ciudad come hombres, que atropella y diseca almas.

Silvio nos dice: dime lo que piensas tú. Y le quiero responder. En ninguna parte de la canción menciona algo alusivo al pasado, al ayer, quizá porque espera que nosotros seamos ese cuarto hermano que salga en busca de esa vereda y tenga los ojos puestos en el pasado, que es la resta del futuro y el presente, porque si le damos una connotación matemática al asunto, podemos decir que pasado + presente = futuro, despejamos el pasado y vemos lo que digo. No podemos obviar el pasado para que funcione la ecuación correctamente. Ahora bien, la única parte de nosotros que puede viajar al pasado como una máquina del tiempo es nuestra mente, ¿la forma?, leyendo, investigando, apreciando el arte y nuestra cultura. No seamos esos latinos impávidos que solo buscan el éxito y el dinero a como dé lugar. Apreciemos que somos herederos de una gamma de bondades que la historia nos enseña, así sabremos cual es nuestro destino como latinos en este mundo, cual es nuestra misión, quizá el de poner orden y darle un lugar a esos tres hermanos de la canción de Silvio, esos hermanos que representan a la clase sufrida latina. Quiero terminar esto con una frase final del poema de Mario Benedetti, ‘llora, pero no olvides’. Hermanos latinos, que el olvido y la ignorancia no nos haga esclavos adeptos, esa no es nuestra vereda.